07 diciembre 2008

.-.-.-ejeM.-.-.-CiErRa TuS lAbIoS



















Pippi Långstrump


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Todo en ella encantaba, todo en ella atraía
su mirada, su gesto, su sonrisa, su andar...
El ingenio de Francia de su boca fluía.
Era llena de gracia, como el Avemaría.

¡Quien la vio, no la pudo ya jamás olvidar!

Ingenua como el agua, diáfana como el día,
rubia y nevada como Margarita sin par,
el influjo de su alma celeste amanecía...
Era llena de gracia, como el Avemaría.

¡Quien la vio, no la pudo ya jamás olvidar!

Cierta dulce y amable dignidad la investía
de no sé qué prestigio lejano y singular.
Más que muchas princesas, princesa parecía:
era llena de gracia como el Avemaría.

¡Quien la vio, no la pudo ya jamás olvidar!

Yo gocé del privilegio de encontrarla en mi vía dolorosa;
por ella tuvo fin mi anhelar
y cadencias arcanas halló mi poesía.
Era llena de gracia como el Avemaría.

¡Quien la vio, no la pudo ya jamás olvidar!

¡Cuánto, cuánto la quise!
¡Por diez años fue mía;
pero flores tan bellas nunca pueden durar!

¡Era llena de gracia, como el Avemaría,
y a la Fuente de gracia, de donde procedía,
se volvió... como gota que se vuelve a la mar!






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(Untitled)



Después de lo dulce de tus labios
viene una oscuridad.
Cual abismo eterno,
caigo despacio
y tan rápido que no puedo escapar

Y es tan dulce, tan dulce
sangrar por tu deseos
por tu risa, tu aire
tu olor y tus besos.

Que me duele no morir
Por volverte a besar.
Me pesa no despertar
Por tenerte de nuevo aquí.

Y es que nada más tengo,
Sólo la ilusión de tenerte.
y si no construyo castillos de lego
Se me escapa por los ojos el arte.

Huye de mi espalda el soplo
Emigra de mis manos el piélago.
Vuelve a mi cama el desierto
Porque te quiero y no te tengo.











27 noviembre 2008



















Canción de la vida profunda
Porfirio barba-Jacob (colombiano)

Hay días en que somos tan móviles, tan móviles,
Como las leves briznas del viento y el azar.
Tal vez bajo otro cielo la gloria nos sonríe.
La vida es clara, undívaga y abierta como un mar.

Y hay días en que somos tan fértiles, tan fértiles,
Como en Abril, el campo que tiembla de pasión:
Bajo el influjo próvido de espirituales lluvias,
El alma está brotando florestas de ilusión.

Y hay días en que somos tan sórdidos, tan sórdidos,
Como la entraña oscura del oscuro pedernal:
La noche nos sorprende con sus profusas lámparas,
En rútilas monedas tasando el bien y el mal.

Y hay días en que somos tan plácidos, tan plácidos…
(¡Niñez en el crepúsculo!, ¡lagunas de zafir!),
Que un verso, un trino, un monte, un pájaro que cruza,
Y hasta las propias penas, ¡nos hacen sonreír!

Y hay días en que somos lúbricos, tan lúbricos,
Que nos prepara en vano su carne, la mujer:
Tras de ceñir un talle y acariciar un seno,
La redondez de un fruto nos vuelve a estremecer.

Y hay días en que somos tan lúgubres, tan lúgubres,
Que en las noches, lúgubre el canto del pinar.
El alma gime entonces bajo el sol del mundo,
Y acaso ni Dios mismo nos pueda consolar.

Mas hay también, ¡Oh, Tierra!, un día…, un día…, un día
En que elevamos anclas para jamás volver…
Un día que discurren vientos ineluctables.
¡Un día en que ya nadie nos puede retener!

24 noviembre 2008

patyta

AKI PROBANDOOOOO UNO DOS UNO DOS