Vestida

Vestida

En esta cama, bajo la aurora
luminosa como siempre
amorosa como nunca.

Por un segundo vi tus venas
oí tus pulmones
palpé tu húmeda suavidad.

Tus huesos se hicieron livianos
tanto o más que las cobijas,
y volaste tan lejos como una bandada de gansos.
así fuiste tú… Tan escurridiza.

Qué hermoso vuelo, esa risa de fascinación
pronunciaste mi nombre, nunca lo oí tan bello.
Nunca quise tanto llamarme así
fue casi una bendición.

Luego bajaste toda emplumada, olías a nubes
cuánta hermosura en tu piel
había que untarte en leche
para la canela de tus pies.

Descalza y hermosa
desnuda y luminosa.
En medio de la noche casi nos alcanzaba la madrugada
y ahí estabas tú, exhausta.

Venía por nosotros la luz del alba.

Luego al erguirte
tan majestuosa cómo la realeza,
un lavabo nacarado
acogió tu calidez.

Y al volver, venías desnuda
pero vi tus ojos…
… y no, ya venías vestida.-

Al Otro Lado

Al otro lado.-

Estabas al otro lado

Detrás de unos velos negros.

Estabas inmóvil

Junto al seto oscuro de la noche.

Florecían las nochebuenas

había olor a anís,

hubo cánticos gregorianos

y misas con olor a incienso.

Estabas detrás de todo

subyaciendo a todas las cosas.

Tus ojos oscuros, vacuos

brillosos y llenos de hojas.

Mirabas hacia el infinito

cómo si detrás de todo te fueses a encontrar.

Tu espalda estaba fría y húmeda

Mi corazón se paralizó.

Hubieron gritos desde dentro del alma

mi boca no supo qué hacer,

me estaba rebelando por dentro

pero no supe a qué sabía el perder.

Quería perderlo todo

sentirme desdichada por un segundo

Saber que perderte era una desgracia,

sentir que tu ausencia sería un absurdo.

Que estarías aquí, per secula.

Me rebelé, pinté de blanco las paredes

escribí mis resonancias,

mandé todo lo más lejos posible.

Escribí en las paredes tu nombre

clamé por tu presencia

oí el silencio

y quise tener amnesia.

Para no recordar tus aromas

para no tener mayores llantos

para no sufrir tu ausencia

para no explotar tan temprano.

Que La Vida Es Un Tango

QUE LA VIDA ES UN TANGO.

Cuando hubo caballeros andantes
no andaba de dulcinea.
Cuando hubo armaduras brillantes
no andaba de guerrera.

Cuando hubo amor a destajo
no andaba de amante ni de amada.
Cuando hubo lo que debía ser
no andaba de ubicada.

Siempre hubo lo que hubo
y siempre anduve de ausente.

Anduve de inoportuna
de ignorante,
de ciega, sorda y muda.

Anduve de inoperante.

Cuando hubo arcoíris
andaba de ciega.
Cuando hubo lluvias
anduve seca.

Si alguna vez hubo algo para mí
si alguna vez creí poseer algo,
el universo se encargó de mi desliz
me enseñó que no se puede poseer un tango.

O se baila, o se baila
aunque sea a destiempo
aunque sea cómo una dulcinea.

Aunque sea cómo coja
aunque sea con congoja,
aunque sea sin música
aunque la ropa sea translúcida.

Así es que baila
que no siempre será tu momento,
que cuando quisiste ser agua
estabas en el desierto.

Mueve tus articulaciones al ritmo de tu corazón
que cuando quisiste ser cuerpo,
en la morgue no había canción.