19 octubre 2015

Vestida




Vestida

En esta cama, bajo la aurora
luminosa como siempre
amorosa como nunca.

Por un segundo vi tus venas
oí tus pulmones
palpé tu húmeda suavidad.

Tus huesos se hicieron livianos
tanto o más que las cobijas,
y volaste tan lejos como una bandada de gansos.
así fuiste tú… Tan escurridiza.

Qué hermoso vuelo, esa risa de fascinación
pronunciaste mi nombre, nunca lo oí tan bello.
Nunca quise tanto llamarme así
fue casi una bendición.

Luego bajaste toda emplumada, olías a nubes
cuánta hermosura en tu piel
había que untarte en leche
para la canela de tus pies.

Descalza y hermosa
desnuda y luminosa.
En medio de la noche casi nos alcanzaba la madrugada
y ahí estabas tú, exhausta.

Venía por nosotros la luz del alba.
Luego al erguirte
tan majestuosa cómo la realeza,
un lavabo nacarado
acogió tu calidez.


Y al volver, venías desnuda
pero vi tus ojos…
… y no, ya venías vestida.-