En algún lugar de tu casa
se escondían los deseos.
Tus manos llenas
los ojos cerrados
la voluntad terca
tus labios incendiados.
Debajo de tu blusa
fresas silvestres.
Bajo el sol se derretían mis voluntades
y en el asfalto estaba mi determinación.
No me mires partir
que verás cómo me convierto en gaviota
con la boca llena de fresas.-
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