El rostro infestado de miedos
las manos temblando de ansiedad
la vida descascarándose por dentro
y tu silencio quedándose sin piedad.
Si no fuera por tus besos fugaces
tus miradas profundas,
tu piel en trance
y tu lengua sin culpas.
Si no fuera por lo que me diste
ya habrías empezado a desvanecerte.
Dame una razón para no desecharte
un motivo para esperarte
una señal para escribirte.
Dime que quieres ser mi musa y no dejaré de visitarte.
Muy entrada la noche
muy avanzada la madrugada.
Cuando suspiras y sueñas
que mis dedos te acarician la espalda.
Cuando te bañas y soy el agua tibia
que te recorre completa.
Cuando te vistes y soy el espejo
que acaricia tu imagen... tu silueta.
Al atardecer cuando soy sol
y brillo en tu soñado pelo.
O cuando soy luna
y destello en tus ojos para rebotar en tu cuerpo.
Déjame la puerta entreabierta
para escabullirme entre tus piernas.
Abre tus manos de cielo
para que lluevas sobre la bahía.
Regálame tus besos
para humedecer la arena.
Así, cuando me olvide de nuestro encuentro
me hagas volver a la incansable espera.
Con los labios apretados
y la puerta entreabierta.-
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